viernes, 27 de abril de 2012

Momento depresivo ugh



Cuando queria huír del mundo me refugiaba en mis libros. Solo así podía evadir lo que pasaba, estar de nuevo sola. De pronto me vi viviendo un amor sin límites con Romeo  y luego estaba sufriendo la muerte de mi padre en Hamlet. De esa única manera podían pasar las horas un poco mas rápido. Luego entre pausa y pausa la oscuridad de eso que llamamos  realidad. Era como pasar del bello ocaso hacia una fría noche. Por qué siempre tengo estos ataques. Por qué no se puede superar un problema. Tal vez la pregunta sería por qué no se pueden superar varios problemas… Si se analiza bien quizá lo que yo paso no era el hambre de África o el frío en la sierra. Eso era lo que más me encolerizaba. Pensar en ellos y decir por qué mierda lloro. Dios me da todo y me derrumbo ante pequeñas cosas. Insignificantes ante el ojo público pero importantísimos para mí. Solo quiero que todo acabe… Es increíble cuan rápido puedo cambiar de felicidad a tristeza. Tal vez nunca fue felicidad. Tal vez solo fue un espejismo. Una fantasía. Nunca estuve feliz. Nunca fui feliz.
La realidad llega como un latigazo en la espalda de un desnudo. Es pinchar con alfileres mi burbuja de esperanza. Mi playa caribeña con sonidos de aves pasó a ser un tsunami con miles de heridos y solo un muerto. Yo. Pensé que no necesitaba bendiciones porque creí que siempre tenía suerte. Pensé que podía callar a “El grito” y hacer sonreír a “La Monalisa”. Pero no era así. No soy nadie. No soy nada. Déjenme en silencio. Déjenme en soledad. Que ahora es mi única compañía. Mi fiel compañía que siempre está aún no cuando no hay nadie. Aun cuando todos se fueron ella está. La única a la cual tampoco dejaré, pues creo que estamos destinadas a estar por siempre juntas. Hasta que la muerte nos separe.

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